Mateo 2:1-12 (según las Escrituras)
"Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: Dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido? porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: 'Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará a mi pueblo Israel'. Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; Y enviándolos a Belén, dijo: Id allá, y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléiss, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron: y he aquí la estrella que habían visto en el oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, le adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes, oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino".
Cada año, durante la madrugada del día 6 de enero, los Reyes Magos acuden a las casas de los niños para dejarles sus regalos, del mismo modo que llevaron oro, incienso y mirra al niño Jesús.
Según la tradición, una de las cosas exigidas por los Tres Reyes para que los niños reciban sus regalos es que se hayan portado correctamente y hayan sido buenos durante el año. Los que cumplen esas exigencias reciben regalos, pero los que no se comportan como deberían, en lugar de regalos reciben carbón, un carbón dulce que simboliza la necesidad de que el niño cambie su actitud.
Después de una noche mágica nada mejor que despertar con un dulce sabor en la boca. Mientras los turrones son los protagonistas de los postres navideños, el Roscón de Reyes es el protagonista de la mesa del 6 de enero.
El roscón es un bollo de masa fina con forma de anillo, más o menos redondeado, decorado con trozos de frutas confitadas de muchos colores. Y desde el último tercio del siglo XX suele añadirse nata, crema, chocolate, trufa o cabello de ángel en su interior.
Este dulce típico del 6 de enero esconde dentro de la masa un pequeño regalo. En épocas remotas, aquel que encontrara la sorpresa se convertía en el rey de la reunión, pero hoy en día se dice que la persona que coma el pedazo que contiene el regalo tendrá que pagar el roscón.
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